La semana pasada, la atención de los mercados estuvo centrada en el discurso de Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, durante la tradicional reunión de banqueros centrales en Jackson Hole. El mercado esperaba indicaciones sobre cómo la Fed está evaluando la economía actual y qué camino podría seguir en relación con la tasa de política monetaria. Powell fue claro: la inflación, aunque aún no totalmente controlada, ha mostrado avances suficientes hacia el objetivo del 2%, lo que permite que la Fed también se enfoque en el mercado laboral, que está comenzando a mostrar signos de enfriamiento. Aunque señaló que el momento y ritmo de los ajustes dependerán de las condiciones económicas futuras, el discurso de Powell refuerza la expectativa de que la Fed está lista para comenzar a reducir las tasas de interés, posiblemente en la próxima reunión de septiembre.
El mercado ya había anticipado esta posibilidad, pero las palabras de Powell confirmaron que un punto de inflexión ha sido alcanzado. Powell mencionó que la Fed ahora tiene mayor confianza en que la inflación está en camino hacia su objetivo, lo que anteriormente había sido un obstáculo para considerar recortes en las tasas. Al cierre de la semana anterior, el mercado asigna una mayor probabilidad a una reducción inicial de 25 puntos base (pb) en septiembre, dejando una disminución más agresiva de 50 pb como un escenario plausible, pero menos probable. Luego de la reunión de septiembre, el mercado apuesta por sucesivas bajas adicionales en los meses siguientes para llevar a la tasa de política monetaria hacia mediados de 2025 hasta un rango entre 3,25% y 3,50%, lo que serían 200 pb por debajo del nivel actual.
La reacción del mercado a las declaraciones de Powell fue rápida y significativa. La tasa del bono del Tesoro norteamericano a 10 años cayó por debajo del 3,8% y el dólar se debilitó a nivel global. Chile no fue la excepción, con un tipo de cambio cayendo casi $30 en la semana, movimiento que se intensificó el viernes tras el discurso de Powell.
Esta semana podría ser crucial para las decisiones futuras de la Fed. El viernes se publicará una nueva lectura del Índice de Precios del Gasto en Consumo Personal (PCE), que es la medida favorita de la Fed para seguir la inflación. Además, el viernes de la próxima semana se conocerán las cifras del mercado laboral correspondientes al mes de agosto. Estos datos podrían ser determinantes para la magnitud del recorte de tasas en septiembre. Si se observa un aumento en la tasa de desempleo o una creación de empleo más débil de lo esperado, un recorte más agresivo de 50 pb no estaría fuera de la mesa.
Por último, la temporada de resultados corporativos en Estados Unidos continúa mostrando fortaleza. Hasta la fecha, el 95% de las empresas que seguimos han reportado un crecimiento del 4,9% en ventas y un aumento del 9,0% en utilidades. Estos resultados han superado las expectativas del mercado, con una sorpresa positiva del 1,3% en ingresos y del 5,3% en utilidades. Esta semana, la atención estará centrada en el reporte de Nvidia, una de las principales empresas tecnológicas, conocida como una de las “siete magníficas”, que ha tenido un rendimiento extraordinario en los últimos dos años. Sus resultados, que se darán a conocer el miércoles, podrían tener un impacto significativo en el mercado.
En el ámbito local, el Producto Interno Bruto (PIB) del segundo trimestre mostró un crecimiento anual del 1,6%, por debajo del 2,5% registrado en el trimestre anterior. Este resultado refleja una desaceleración en la demanda interna, que cayó un 1,4% en comparación con el avance del 2,0% en el trimestre previo, debido a una nueva caída en la inversión (-4,1% vs -6,1% en el trimestre previo), y un consumo privado y de gobierno que se moderaron (0,5% y 1,6% anual vs 1% y 3,7% en el trimestre previo). Aunque el PIB del primer trimestre fue revisado al alza, desde 2,3% a 2,5%, estas cifras recientes indican una desaceleración significativa en la economía, lo que plantea un desafío para el Banco Central. La entidad podría verse obligada a seguir bajando las tasas de interés para estimular el crecimiento, a pesar de que la inflación aún no ha convergido completamente hacia su meta. Un dato clave para este análisis será la cifra de desempleo que se publicará el jueves de esta semana por parte del INE, la cual fue 8,3% en el trimestre abril-junio y se espera que suba a 8,5% en línea con su comportamiento esperado en esta época del año.